Málaga se sitúa en una de las regiones mediterráneas más amenazadas por los riesgos asociados al cambio climático, entre ellos los relacionados con el agua. Así lo reconoce la legislación europea, estatal y autonómica y sobre todo, así lo demuestran de manera evidente los cada vez más frecuentes e intensos episodios torrenciales, de inundaciones y de sequías que afectan de forma directa al ámbito ecológico, social y económico malagueño.